viernes, 22 de noviembre de 2013

El alumno tiene la última palabra. (prechus)

El alumno tiene la última palabra, el respeto hacia el maestro ya no se impone sino se gana.

Tras leer varios artículos, libros y algunas monografías cibernéticas y vivir experiencias, me di cuenta que el alumno es ahora quien decide si estar en clase o no. El maestro debe su autoridad a su calidad de trabajo, así de simple y ¿qué quiero decir con esto? Bueno, sigamos.
La crisis de la autoridad del maestro parece estar en aumento, pero ¿qué es lo que origina esto?, ¿acaso sólo es una etapa juvenil de los estudiantes? O ¿es que el maestro no provoca la motivación en sus alumnos a estar dentro del salón de clases y prestar la atención necesaria?   Puede haber muchos factores que hagan que los alumnos pierdan el respeto e interés en ciertas materias o ciertos profesores.
Cuando el maestro tiene conocimiento en lo que está enseñando,  le gusta transmitirlo y preocuparse porque el alumno lo entienda de la mejor manera, ese docente se gana el respeto del grupo.
Muy por el contrario, siempre se ha de notar la falta de ética y la carencia de conocimiento en un maestro por lo que eso sólo arroja al estudiante a sentirse insatisfecho, enfadado y nada entusiasmado a tomar esa clase. Respecto a la autoridad, en el portal web solohijos.com (Pablo Pascual, 2002) un artículo afirma: “Los educadores saben que una autoridad bien entendida obtiene el respeto del niño. . .”
 Ahora bien,  Espot (2006)  concluyó: “. . . llama poderosamente la atención comprobar cómo ante ciertas circunstancias la autoridad es reclamada e incluso exigida por estos mismos educadores. . .”  (pag.15)
Entonces ¿de qué o de quién depende la autoridad del maestro? y  ¿qué hace el docente para mantener o ganarse dicho respeto?
Antes y después
No es un secreto para nadie que la autoridad en el salón de clases, antes, era impuesta por el maestro solamente porque nuestro padres nos inculcaban el respeto hacia él.  En una entrevista, Emilio Ten Fanfani ( el litoral, 2012) afirma:
Hasta al profesor más imbécil era respetado sólo porque el tipo fue nombrado para ocupar ese trono que era estar al frente de la clase. Hoy no es así. Cada vez más depende del esfuerzo; la autoridad hay que construirla (Mariel Goy para El Litoral, agosto 2012)
Podría considerarse, entonces, que la falta de respeto no depende ya tanto del alumno sino que el docente no ha sabido ganárselo.
Conclusión
En la opinión del autor, como alumna, el respeto hacia el maestro no debe imponerse sino ganarse.



Referencias
La autoridad del profesor QUÉ ES Y CÓMO SE ADQUIERE (Espot Rosa María,2006)    
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/08/13/educacion/EDUC-01.html ( por Mariela Goy)

www.solohijos.com 

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